El desafío de este proyecto arquitectónico consistió en crear una edificación que reflejara la nueva entidad institucional promovida desde el Estado, ofreciendo un servicio innovador en la atención al contribuyente. La propuesta buscó integrarse con el tejido urbano de Rosario, respetando la presencia de un edificio histórico del siglo XX en el entorno. Se estableció una relación entre el edificio existente y el nuevo proyecto mediante la creación de un sistema arquitectónico que incorporó al edificio histórico como parte integral. Se diseñaron patios internos que albergan edificios independientes y se trasladaron las áreas de expansión a la cubierta del edificio, generando un nuevo espacio urbano para la interacción de empleados y público. Estos espacios comunes fomentan el encuentro y el descanso, combinando modernidad y tradición en una arquitectura única.